Disponibilidad:
- Casa del lectorDisponible apróx. en 9 días
- Libro Técnico SurDisponible apróx. en 9 días
- Editorial:
- LA ESFERA DE LOS LIBROS, S.L.
- Año de edición:
- 2011
- Materia
- Novela histórica
- ISBN:
- 978-84-9734-554-5
- Páginas:
- 376
- Encuadernación:
- Otros
- Colección:
- VARIAS
HARALD EL VIKINGO
CAVANILLAS DE BLAS, ANTONIO
Harald Sigurdarson fue el...
Harald Sigurdarson fue el vikingo más famoso de su tiempo. En pleno siglo xi, llevó a cabo un extraordinario viaje que abarcó unas distancias asombrosas: desde York hasta Jerusalén y desde... Leer más
Harald Sigurdarson fue el vikingo más famoso de su tiempo. En pleno siglo xi, llevó a cabo un extraordinario viaje que abarcó unas distancias asombrosas: desde York hasta Jerusalén y desde Trondheim a Creta. Llegó a ser rey de noruega y sus hazañas tuvieron amplia repercusión en las sagas nórdicas. Antonio Cavanillas de Blas, novela con maestría la increíble vida de este hombre que peleó con su hermanastro, el futuro San Olav, para reconquistar el reino de Noruega; amó a hermosas mujeres; cayó prisionero en Rusia; y llegó a Constantinopla al mando de una tropa varega para servir en la guardia imperial y defender Bizancio. A su regreso a tierras noruegas, logró hacerse con la corona, pero no satisfecho con esto, se embarcó a la conquista de Inglaterra. En el verano de 1066, Harald el Vikingo desembarcó con trescientos navíos en las costas inglesas, dispuesto a vencer o morir. El destino tendría la última palabra
Harald Sigurdarson fue el vikingo más famoso de su tiempo. En pleno siglo xi, llevó a cabo un extraordinario viaje que abarcó unas distancias asombrosas: desde York hasta Jerusalén y desde Trondheim a Creta. Llegó a ser rey de noruega y sus hazañas tuvieron amplia repercusión en las sagas nórdicas.
Antonio Cavanillas de Blas, novela con maestría la increíble vida de este hombre que peleó con su hermanastro, el futuro San Olav, para reconquistar el reino de Noruega; amó a hermosas mujeres; cayó prisionero en Rusia; y llegó a Constantinopla al mando de una tropa varega para servir en la guardia imperial y defender Bizancio. A su regreso a tierras noruegas, logró hacerse con la corona, pero no satisfecho con esto, se embarcó a la conquista de Inglaterra. En el verano de 1066, Harald el Vikingo desembarcó con trescientos navíos en las costas inglesas, dispuesto a vencer o morir. El destino tendría la última palabra.